Una taquicardia es un tipo arritmia cardiaca en la cual la frecuencia cardiaca aumenta por más de 100 latidos por minuto. Hay arritmias que son malignas y potencialmente mortales y hay otras mejor toleradas, con las cuales se puede tener una vida normal sin consecuencias graves una vez logrado su control.
Para entender una arritmia es necesario recordar que nuestro corazón funciona con energía eléctrica. Tiene un generador de impulsos y tiene vías que funcionan a manera de cables para transportar y distribuir la electricidad de manera uniforme. Lo normal es que nuestro corazón trabaje de manera organizada con un impulso eléctrico que genera un latido del corazón de manera rítmica o regular. Estos impulsos se generan entre 60 y 100 veces por minuto, siendo estas cifras el número de latidos por minuto considerados como normales o fisiológicos. Cuando se rompe esta regularidad y ritmo estamos frente a una arritmia.
Los síntomas que causan estas arritmias y/o taquicardias se encuentran desde lo leve como palpitaciones, hasta situaciones más severas como falta de aire (disnea), ansiedad e incluso desmayos (síncope). A largo plazo, una arritmia de este tipo puede causar modificaciones en nuestro corazón, principalmente la dilatación o crecimiento del mismo, también conocido como cardiomegalia y finalmente después de no tener control adecuado de esta patología por tiempos prolongados, se puede llegar a la condición más grave que es la insuficiencia cardiaca.
Existen estudios sencillos y no invasivos para la detección de arritmias como lo son el electrocardiograma y el monitoreo Holter de 24 horas. Ambos nos permiten ver la actividad eléctrica del corazón, no son dolorosos y no necesitan preparación especial. En caso de dudas o de presentar alguno de los síntomas descritos, acude a tu médico Cardiólogo para una valoración especializada para llegar a un diagnóstico certero y un adecuado tratamiento.
Dr. Javier Alan Domínguez Castillo
Cardiología Clínica
UNISON – UAS / Ced. Prof. 8183633
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